domingo, 14 de diciembre de 2014

LOS FAMOSOS



Te traen y te llevan..... ¡¡¡La Fama!!! ¿ Que importa?. En todo caso, no sientas vergüenza ni pena por ti, sino por ellos, por esos que te empujan y de alguna manera te explotan y  te maltratan.

A veces no quieren entender; los que te empujan, están como cegados porque ven una "mina de oro" en ti, pero tu... ¿no será que tú no te has dejado comprender y te dejas llevar? estas a tiempo de corregirte.

Podríamos considerar que la fama es el estado que un individuo alcanza cuando es conocido y reconocido en un ámbito mayor que el que le corresponde a la mayoría de sus conciudadanos.  Según esto, la fama es tanto mayor, cuanto más numeroso sea el conjunto de personas que conocen al famoso y mayor su ámbito geográfico (barrio, ciudad, país, continente y el mundo mundial y espacial)

Pero hay que tener muy en cuenta que la Fama puede ser como algunas personas, Buena y Mala.

Entonces sería muy fácil detectarlas con tan solo ver las programaciones de ciertas televisiones que todos conocéis, en donde aparecen verdaderos deshecho de seres humanos que no serian ni presidentes de su bloque y que no se representan ni a ellos mismos, y por ser unos miserables roedores y contar su sucia vida, les pagan un dineral; hay algunas que hasta escriben libres y son de los más vendidos ¡¡¡ Dios mio!!! que bajo hemos caido.

Hasta asesinos se les ha entrevistado y no pasa nada. A esto es lo que se le llama una mala Fama.

Pero hablando más en serio, Nerón y Julio Cesar son igualmente famosos, pero a Nerón se le conoce por sus maldades contra la Humanidad y a Cesar por sus brillantes victorias militares y su buen juicio político.

Entonces, nos preguntaremos ¿es bueno o malo ser famoso?



Evidentemente la mala fama obra en contra de los intereses del individuo y, salvo casos especiales, nadie la busca ni la desea, sino que le sobreviene con motivo de una actuación inmoral, que por accidente salió a la luz y/o por intereses monetarios, porque en este siglo por desgracia mucha gente se vende por un precio y porque alguien compra esta basura.

Sin embargo, la buena fama es una situación positiva que casi todos buscamos. De alguna manera, la buena fama es el testimonio fehaciente de que hemos conseguido una hazaña que muy pocos de nuestros semejantes han conseguido. Desde matar al dragón que retenía a la princesa hasta vender un millón de libros o de discos y que les voy a contar en el mundo del deporte, es algo que requiere una capacidad y un talento excepcional.

Por otro lado, la fama nos reporta un sinfín de ventajas:
Gente a la que no conocemos, nos tratará con mayor deferencia que a sus propios amigos y se ofrecerá generosamente a satisfacer nuestros más mínimos deseos, aunque sólo sea para alardear luego de haberse relacionado con un personaje famoso.

Todas las puertas se abren al famoso, antes incluso de que las golpee con sus nudillos, siendo el caso que el resto de los mortales debemos pagar un elevado peaje por cada puerta que queremos abrir.

La fama, por tanto, actúa como un sistema de súper recompensa social que premia al que consigue sobresalir en alguna actividad bien valorada por la sociedad. Y para conseguir ese gran premio que es la fama y sus muchas ventajas, todos realizamos un sobreesfuerzo en la esperanza de llegar algún día a ser famosos. Y eso es bueno para la sociedad y también para el individuo que la consigue.

Aquel que desprecia la fama, y alardea de ello, imita a la zorra que al intentar, sin éxito, alcanzar las uvas, exclamó: ¡No las quiero, todavía no están maduras!

Nuestra misión es, en este caso, descubrir los caminos que debemos recorrer para alcanzar la buena fama, aunque sólo sea entre nuestros allegados, y comprender los mecanismos de recompensa social que pondremos en marcha si es que finalmente la alcanzamos.
Hay muchas citas de grandes escritores y pensadores, como por ejemplo.

D.  Miguel de Cervantes:
Le aconsejaría que mirase más 
a la fama que a la hacienda; 
porque la buena mujer no 
alcanza la buena fama 
solamente con ser buena, 
sino con parecerlo; 
que mucho más dañan a las 
honras de las mujeres las 
desenvolturas y libertades 
públicas que las maldades secretas.

El dramaturgo español, que por cierto, nació el mismo día que yo, pero 283 años antes, D. Ramón de la Cruz decía:
La fama de las mujeres 
se regula, como la de 
los médicos, por las 
visitas que tienen.

Y Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde fue un escritor, poeta y dramaturgo irlandés. Wilde es considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío, además, fue una celebridad de la época debido a su gran y aguzado ingenio, y decía:
Que hablen de uno es espantoso. 
Pero hay algo peor: que no hablen.
Las buenas reputaciones 
están hechas con nada.


El saber no ocupa lugar y todos los días aprendemos algo nuevo, asi que aprendamos.