Te traen y te llevan..... ¡¡¡La Fama!!! ¿ Que importa?. En todo caso,
no sientas vergüenza ni pena por ti, sino por ellos, por esos que te empujan y
de alguna manera te explotan y te
maltratan.
A veces no quieren entender; los que te empujan, están como cegados
porque ven una "mina de oro" en ti, pero tu... ¿no será que tú no te
has dejado comprender y te dejas llevar? estas a tiempo de corregirte.
Podríamos considerar que la
fama es el
estado que un individuo alcanza cuando es conocido y reconocido en un ámbito
mayor que el que le corresponde a la mayoría de sus conciudadanos. Según
esto, la fama es tanto mayor, cuanto más numeroso sea el conjunto de personas
que conocen al famoso y mayor su ámbito geográfico (barrio, ciudad, país,
continente y el mundo mundial y espacial)
Pero hay que tener muy en cuenta que la Fama puede ser como algunas
personas, Buena y Mala.
Entonces sería muy fácil detectarlas con tan solo ver las programaciones de
ciertas televisiones que todos conocéis, en donde aparecen verdaderos deshecho
de seres humanos que no serian ni presidentes de su bloque y que no se
representan ni a ellos mismos, y por ser unos miserables roedores y contar su
sucia vida, les pagan un dineral; hay algunas que hasta escriben libres y son
de los más vendidos ¡¡¡ Dios mio!!! que bajo hemos caido.
Hasta asesinos se les ha entrevistado y no pasa nada. A esto es lo que se
le llama una mala Fama.
Pero hablando más en serio, Nerón y
Julio Cesar son igualmente famosos, pero a Nerón se le conoce por sus maldades contra la Humanidad y a Cesar
por sus brillantes victorias militares y su buen juicio político.
Entonces, nos preguntaremos ¿es bueno o malo ser famoso?
Evidentemente la mala fama obra en contra de los intereses del individuo y,
salvo casos especiales, nadie la busca ni la desea, sino que le sobreviene con
motivo de una actuación inmoral, que por accidente salió a la luz y/o por
intereses monetarios, porque en este siglo por desgracia mucha gente se vende
por un precio y porque alguien compra esta basura.
Sin embargo, la buena fama es una situación positiva que casi todos
buscamos. De alguna manera, la buena fama es el testimonio fehaciente de que
hemos conseguido una hazaña que muy pocos de nuestros semejantes han conseguido.
Desde matar al dragón que retenía a la princesa hasta vender un millón de
libros o de discos y que les voy a contar en el mundo del deporte, es algo que
requiere una capacidad y un talento excepcional.
Por otro lado, la fama nos reporta un sinfín de ventajas:
Gente a la que no conocemos, nos tratará con mayor deferencia que a sus
propios amigos y se ofrecerá generosamente a satisfacer nuestros más mínimos
deseos, aunque sólo sea para alardear luego de haberse relacionado con un
personaje famoso.
Todas las puertas se abren al famoso, antes incluso de que las golpee con
sus nudillos, siendo el caso que el resto de los mortales debemos pagar un
elevado peaje por cada puerta que queremos abrir.
La fama, por tanto, actúa como un
sistema de súper recompensa social
que premia al que consigue sobresalir en alguna actividad bien valorada por la
sociedad. Y para conseguir ese gran premio que es la fama y sus muchas
ventajas, todos realizamos un sobreesfuerzo en la esperanza de llegar algún día
a ser famosos. Y eso es bueno para la sociedad y también para el individuo que
la consigue.
Aquel que desprecia la fama, y alardea de ello, imita a la zorra que al
intentar, sin éxito, alcanzar las uvas, exclamó: ¡No las quiero, todavía no están maduras!
Nuestra misión es, en este caso, descubrir los caminos que debemos recorrer
para alcanzar la buena fama, aunque sólo sea entre nuestros allegados, y
comprender los mecanismos de recompensa social que pondremos en marcha si es
que finalmente la alcanzamos.
Hay muchas citas de grandes escritores y pensadores, como por ejemplo.
D. Miguel de Cervantes:
Le aconsejaría que mirase más
a la fama que a la hacienda;
porque la buena mujer no
alcanza la buena fama
solamente con ser buena,
sino con parecerlo;
que mucho más dañan a las
honras de las mujeres las
desenvolturas y libertades
públicas que las maldades secretas.
a la fama que a la hacienda;
porque la buena mujer no
alcanza la buena fama
solamente con ser buena,
sino con parecerlo;
que mucho más dañan a las
honras de las mujeres las
desenvolturas y libertades
públicas que las maldades secretas.
El dramaturgo español, que por cierto, nació el mismo
día que yo, pero 283 años antes, D. Ramón de la Cruz decía:
La fama de las mujeres
se regula, como la de
los médicos, por las
visitas que tienen.
se regula, como la de
los médicos, por las
visitas que tienen.
Y Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde
fue un escritor, poeta y dramaturgo irlandés. Wilde es considerado uno de los
dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío, además, fue una
celebridad de la época debido a su gran y aguzado ingenio, y decía:
Que hablen de uno es espantoso.
Pero hay algo peor: que no hablen.
Las buenas reputaciones
están hechas con nada.
Pero hay algo peor: que no hablen.
Las buenas reputaciones
están hechas con nada.
El saber no ocupa lugar y todos los días aprendemos
algo nuevo, asi que aprendamos.