domingo, 22 de enero de 2012




UN PERRO ESPECIAL

Esta es una historia real en la que se demuestra que el perro es el mejor amigo del hombre y ocurrió en un barrio de mi ciudad, aquí, en mi Valencia amada.

Un carnicero estaba a punto de cerrar su negocio cuando vio entrar un perro. Trató de espantarlo, pero el perro volvió.

Nuevamente intentó espantarlo, pero entonces se dio cuenta que el animal traía un sobre en el hocico.

Curioso el carnicero abrió el sobre y en su interior encontró un billete de 50 euros y una nota que decía: "¿Podría mandarme con el perro 1kg de carne picada de ternera y 1/2kg de pierna de cerdo?"

Asombrado, el carnicero tomó el dinero, colocó la carne picada y la pierna de cerdo en una bolsa y puso la bolsa junto al perro, pero olvidó darle el cambio al perro.

El perro empezó a gruñir y a mostrarle los colmillos.

Al darse cuenta de su error, el carnicero puso el cambio del billete en la bolsa; el perro se calmó, cogió la bolsa con el hocico y salió del establecimiento.

El carnicero, impresionado, decidió seguir al cánido y cerró a toda prisa su negocio.

El animal bajó por la calle hasta el primer semáforo, donde se sentó en la acera y aguardó para poder cruzar.

Luego atravesó la calle y camino hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada cuando vio que era el autobús correcto, subió seguido por el carnicero.

El carnicero, boquiabierto, observó que el can erguido sobre las patas traseras, tocó el timbre para descender, siempre con la bolsa en el hocico.

Perro y carnicero caminaron por la calle hasta que el animal se detuvo en una casa, donde puso las compras junto a la puerta y, retirándose un poco, se lanzó contra esta, golpeándola fuerte. Repitió la acción varias veces, pero nadie respondió en la casa.

En el colmo del asombro, el carnicero vio al perro tomar la bolsa con el hocico, rodear la casa, saltar una cerca y dirigirse a una ventana. Una vez allí, tocó con las patas en el vidrio varias veces, sin soltar la bolsa; luego regreso a la puerta.

En ese momento, un hombre abrió la puerta... y comenzó a golpear al perro. El carnicero corrió hasta el hombre para impedirlo, diciéndole:
"¡¡¡Por Dios, amigo!!!  ¿Qué es lo que está haciendo? ¡¡¡Su perro es un genio!!!...... ¡¡¡Es único!!!"
El hombre, evidentemente molesto, respondió:
"¡¡¡ Qué genio ni qué coño!!! Esta es la segunda vez en esta semana que al muy cabrón se le olvidan las llaves.... ¡¡¡ Y yo en el puto baño!!!”

MORALEJA:

Por más que te esfuerces y cumplas más allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de un jefe siempre estarás por debajo de lo que él quiere.

Esta moraleja va dedicada al que trabaje como un PERRO.

"No te tomes tan en serio la vida... ¡¡Al fin y al cabo no saldrás vivo de ella!!"


TODO ES CUESTION DE ORGANIZACIÓN

Esta segunda historia también fue verídica, osea real, ocurrió en un pueblo muy bonito de la zona interior de mi Comunidad Valenciana.
Un naranjero lleva su camioneta al pueblo y el mecánico dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su huerto a unos pocos kilómetros y no queda muy lejos.

En el camino pasa por la ferretería y compra un balde y un tarro de pintura.

Allí, un colega le entrega dos pollos y un pato que le debía.

Ahora nuestro granjero tiene un problema: cómo llevar todo a casa caminando. Mientras piensa cómo hacer, se le acerca caminando una señora madura pero de muy buen ver (osea que estaba bastante buena) y le pregunta cómo llegar a la granja de los González; el naranjero con muy buena predisposición le dice que va en esa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.

La señora dice:
¿Por qué no pone la lata de pintura en el balde? Lo lleva en una mano; se pone un pollo debajo de cada brazo y lleva el pato en la otra mano...

El naranjero sorprendido le agradece la objepcion  y comienza a acompañar a la señora. En un momento le dice:

- Señora, conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos un kilómetro.

La dama lo mira con desconfianza y responde:

Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me va a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra un árbol y va a abusar de mí?

-¡¡¡Pero señora!!! aun cuando quisiera, ¿cómo lo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos pollos y un pato. ¿Cómo hago para apretarla contra un árbol y abusar de usted?

- Hombre, pues muy fácil,  pones el pato en el suelo, lo cubres con el balde, colocas la pintura encima del balde y yo te aguanto los dos pollos –

Cuestión de organización, esta claro.



5 comentarios:

Anabel dijo...

Las dos moralejas son muy buenas, pero la del perro la supera!! jajaja

Besos

Vicente Rubio dijo...

Anabel las dos historias son verdad, la del perro es autentica y le ocurrió a un amigo mio que era muy estricto con su perro y llego a no ladrarle en una semana por intransigente.
Un beso amiga gracias por leer mis historietas.

Unknown dijo...

Hola, Vicente, ante todo darte la bienvenida a cosas de Julia. Si el 18 de Febrero es mi des cumple (yo llevo años des cumpliendo). Bueno asi soy. Me encanta tu blg, me hago tu seguidora. Mil besos de luz y paz.

María Eugenia Rojas Alegría dijo...

Que bonito el Blog, me ha echo reír y preciosas moralejas, vendré muy seguido para pasarla bien. Gracias por compartir.
Un abrazo lleno de ternura y luz.
Mau

Helio dijo...

Nadie discute que el perro es el mejor amigo del hombre, ahora la historia del carnicero es poco creible.
La segunda historia no la habia oido, muy ingeniosa.
Saludos.