HOMENAJE A NUESTROS MAYORES

A veces las historias y las anécdotas de nuestros mayores, son fantásticas y merecen ser recordadas y comentadas por todos los que sentimos mucho respeto y cariño hacia nuestros mayores, quizá en mi caso y porque me acerco a estas edad, que me niego a denominarla Tercera, por la sencilla razón de que la edad verdadera es la que tenemos en el corazón, aunque el DNI sea inexorable.

Pues bien voy a contaros la historia  de Margarita y Bernardo, dos personas mayores que demuestra la sagacidad de la mujer, Margarita y las ganas aun de presumir de Bernardo. Entrañable los dos, la verdad.

Bernardo siempre quiso tener un auténtico par de botas de cowboy, así que cuando vio un par en la tienda las compró y se las puso para ir a su casa.

Caminando orgullosamente entró a la cocina y le dijo a su mujer: "¿Ves algo diferente en mi?"

Margarita lo miró de arriba abajo y le contesto secamente "No"

Frustrado, Bernardo corrió al baño, se desvistió y volvió a la cocina completamente desnudo excepto las botas.

Nuevamente le preguntó a Margarita, en voz un poco mas alta esta vez "¿Notas algo diferente AHORA?"

Margarita levantó la vista y dijo con la mayor indiferencia "Bernardo, ¿qué es diferente? Para ti. Te  está colgando hacia abajo hoy, estaba colgando así ayer, y estará colgando así mañana."

Furioso, Bernardo gritó, "Y, ¿SABES PORQUÉ ESTÁ COLGANDO HACIA ABAJO, MARGARITA?"

"No la verdad,   no tengo idea", respondió ella.

"ESTÁ COLGANDO PORQUE ESTÁ MIRANDO ¡¡¡MIS BOTAS NUEVAS!!!"

Sin levantar la vista Margarita respondió sin inmutarse:

-         "Deberías haber comprado un sombrero, Bernardo” –

Esto ocurrió en una Residencia de la 3ª Edad en donde había un matrimonio de ancianos sentados en sus mecedoras, tomando el sol en el porche de su casa y de repente la mujer se levanta y le da una buena y sonora bofetada a su esposo, y este muy sorprendido le dice:

“¿pero María a que viene esto?” –  Y ella le contesta – Esta bofetada es por los cincuenta años de un mal sexo – Se vuelven a sentar placidamente y se quedan muy callados, pero de repente se levanta el anciano y le una bofetada a la abuela. –- Pero Pepe a que viene esto ahora -  - Eso es por conocer la diferencia –

Dos personas mayores, él viudo y ella viuda, se conocían hacía varios años.

Una noche hubo una cena comunitaria en el Club a donde pertenecían,  los dos sentados en la misma mesa, uno frente al otro, hablaron y hablaron de las cosas que habían vivido, de los lugares hermosos que habían visitado y durante la cena él la miró, y la miró admirado y enamorado y finalmente juntó el coraje necesario para preguntarle henchido de amor:

- “¿Quieres casarte conmigo? “ -

Después de unos segundos de cuidadosa consideración y coquetería, ella respondió: - ¡¡¡Sí, Sí, acepto!!! “

La comida transcurrió enamorada y felizmente y luego de algunos intercambios agradables de palabras (y algunas manitas) se fueron a sus respectivos hogares.

A la mañana siguiente, el despertó preocupado y dudoso de la respuesta. “¿Dijo sí  o dijo no?”  No podía recordar.

Lo intentó y lo intentó, pero simplemente no recordaba, no tenía ni siquiera una vaga idea, ¡¡¡ Oh que angustia embargaba su corazón!!! por lo que muy inquieto, fue al teléfono y llamó a su amiga;  En primer lugar, le explicó que su memoria no era tan buena como solía serlo, luego le recordó la noche hermosa, que habían pasado y con un poco más de coraje, le preguntó:

- “Cuando te pregunté si querías casarte conmigo, dijiste, ¿sí o no?”

Él quedo encantado al oírla decir:

- “Te dije que sí, que sí, acepto y lo dije con todo mi corazón.” “Y estoy muy feliz de que me llamaras, no podía recordar quién me lo había pedido.”

A que es magnifico esta inocencia y este candor, maravilloso y aprovecho para desearos un buen fin de semana.