LA EDAD NO PERDONA

¿No os ha pasado alguna vez que miras a otra persona de tu misma edad y piensas que seguramente yo no puedo parecer tan viejo?

Bueno, leed esta historia que le ocurrió a una buena amiga mía:

Alicia y estaba sentada en la sala de espera del dentista, era su primera consulta con él. En la pared estaba colgado su diploma, con su nombre completo.

De repente, Alicia recordó a un muchacho alto, buen mozo, pelo negro, que tenía el mismo nombre, y que estaba en mi clase de Santa Mª del Bosque, como 30 años atrás. ¿Podría ser el mismo chico del cual ella estaba secretamente enamorada?

Después de verlo en el consultorio, rápidamente desechó esos pensamientos. Era un hombre calvo, su poco pelo estaba canoso, y su cara estaba llena de arrugas, y parecía muy viejo como para haber sido mi compañero de clase.

Después de examinarme mis dientes, Alicia le preguntó si se había graduado en Santa Mª del Bosque

Sí, Sí, sonrió con orgullo.

Le siguió preguntando: ¿cuándo te graduaste?

Le contestó, en 1980. ¿Por qué me lo preguntas?

Y Alicia le dijo: tú estabas en mi clase.

El me miró detenidamente...

Y ENTONCES, ESE FEO, CALVO, ARRUGADO, GORDO, CANOSO, DECRÉPITO, HIJO DE PUTA, ME PREGUNTÓ:

¿DE QUÉ ERAS PROFESORA?

LA EDAD NO PERDONA o si no fíjate lo que paso a este buen hombre un día en la cama.

Una noche una pareja de mayorcitos estaba acostada en su cama.
El marido se estaba quedando dormido, pero su mujer se sentía romántica y quería conversar.

Le dijo: “Cuando me enamorabas, me cogías de la mano...”
De mala gana, el marido se dio media vuelta, le cogió la mano por unos segundos y luego trató de dormirse otra vez.

Ella le dijo nuevamente: “Entonces me besabas...”
Algo molesto, se dio media vuelta otra vez y le dio un ligero beso en la mejilla y luego se acomodó para dormirse.

A los treinta segundos, ella le dijo: “Luego tú me mordías en el cuello...”
Molesto, el marido tiró la ropa de cama y se levantó.

“¿A dónde vas ahora?”, le preguntó ella.

“¡¡¡Joder, al baño,  a buscar los dientes…!!!”

La verdad es que la Edad no perdona y para demostrarlo otra vez, recuerdo que me contaron que en pleno acto sexual, una viejecita le dice a su marido:

- “Hay Manolo, pareces un teléfono móvil” –

El viejo muy orgulloso le dice: - ¿Vibro mucho? – ¿Verdad?

- No, al entrar al túnel se te cae la señal -

Y un par de ancianos estaban conversando muy animadamente y uno le pregunta al otro: - Vicente, ¿tú que prefieres, el sexo o la Navidad?

-¡El sexo claro ¡ La Navidad hay todos los años –

El amor de las personas mayores es tierno, romántico, maravilloso, ¿Quién dice que a los 75 años no te puedes enamorar como un jovenzuelo otra vez y si no comprobar lo que le ocurrió a una pareja de esta edad que se conocieron en una fiesta de la mal llamada Tercera Edad.

Después de charlar muy animosamente un buen rato deciden ir a un lugar mas tranquilo y discreto, estacionan el vehiculo y se ponen a hacer el amor.

Finalizo  el  acto  y mientras volvían,  el anciano iba pensando,  - De haber sabido que era virgen me la hubiera de haber llevado a un lugar más cómodo –

Y la anciana sentada a su lado pensaba:

- De haber sabido que se le levantaba, me hubiese quitado las bragas 

Y esto no digo a quien le paso porque le daría mucha vergüenza si lo leyera, pero es la triste realidad.  Pues resulta que un hombre de 80 años se despierta y va al cuarto de baño y mientras orinaba mira fijamente a su debilitado pene y le dice: - Te das cuenta cabroncete ¿Cuándo tu lo necesitas, yo si me levanto!

Y para terminar una historia verdadera: estaba una pareja de personas mayores en casa después de cenar y le dice el abuelo con picardía a su mujer: - María ¿Dónde quieres que hagamos hoy el amor? – y ella le contesta con mucha guasona  - ¡En el suelo cariño! -

- ¿Y porque en el suelo, mi vida? –

- ¡Pues para sentir algo duro! –

Se me olvida lo que me contaba un amigo mío que es doctor y me contaba que tenia  un cliente de 90 años de edad, que fue hacerse el chequeo anual.

Cuando el Dr. Rubio, termina de tener todos los resultados en la mano, se sentó con su paciente y le dijo:

-Amigo Jorge todo indica que esta usted muy bien desde el punto de vista físico, pero ¿Cómo se siente usted mental y emocionalmente? ¿Disfruta usted de paz interior? ¿Mantiene usted una buena relación con Dios?

Jorge le responde:

- Dios y yo estamos muy ligados, fíjese doctor como Él sabe que como soy muy corto de vista, cuando voy al baño por la noche, Él me enciende la luz y cuando termino, me la apaga. –

- ¡Que bárbaro! Le dice el doctor. – ¡Parece increíble!-

Un par de horas mas tarde, mi amigo, el Dr. Rubio decide llamar por teléfono a la hija de Jorge, amiga suya y le dice:

- Hola Susana, Tu padre esta muy bien.  Físicamente un 10, pero te llamo para decirte que tengo ciertos temores en cuanto su relación con Dios, por eso te pregunto ¿Es cierto que cuando se levanta a mitad noche, se enciende sola la luz de cuarto de baño y cuando termina, la luz se apaga sola?.

¡Madre mía ¡– dice Susana - ¡ Ya se ha vuelto a mear otra vez en la nevera! ¡

Después de todo esto ENAMORARSE EN  LA TERCERA EDAD ES UN TERMINO QUE ME ESPANTA, no debería llamarse tercera edad,  no debería rotularse la edad, nacemos, somos bebé, somos pequeños, somos adolescentes, llegamos a adultos, y cronológicamente hablando llegamos a ¡MAYORES! 
No hay edades, ni tiempos para enamorarse.

Hay historias de amor entre gente mayor, que se enamoran a ésta edad y son muy felices, ¿no es maravillosos? 

Los geriatras y sociólogos coinciden en señalar que esta etapa tiene características muy peculiares, ya que se trata de la única etapa que ya no conduce a otra, o sea que es el final del camino y quizá por ese motivo, debería de ser la mas plena,

Saludos

NOTA http://unvistazoavalencia.blogspot.com.es/  EL CARACTER DEL VALENCIANO