jueves, 18 de octubre de 2012


EL MESIAS ARTURO




Foto: El escritor y Periodista Alfonso Ussia

Sabéis que es blog esta pensado para que haya de todo un poco, es decir cosas mías, artículos interesante que leo y que quiero que compartáis, como es este caso y para contaros anécdotas, sucedidos, chistes muy buenos, etc. es decir para pasar un rato lo mejor posible.

Pues hoy os  presento un artículo muy interesante de Alfonso Ussia, titulado:

El Mesías

«Soy un servidor de una causa histórica». Quiso parecer humilde y le salió la locura mesiánica. Es curioso. Pero este hombre, desde que se ha declarado abiertamente independentista, ha menguado en estética. Nada tengo contra los jefes de planta de los grandes almacenes, casi siempre amabilísimos y eficientes. Espero que no se sientan zaheridos con el brillante resultado de mi observación.

Arturo Mas, con ese tupé, bien podría ser jefe de la planta de «Ropa de Caballeros» de unos grandes almacenes en el decenio de los ochenta. Y no se puede ser un mesías y un servidor de una causa histórica, cuando por el aspecto, Arturo Mas está siempre a punto de recomendar «este chaquetón de cuero que sale a muy buen precio».

Tienen razón los que señalan a los diferentes Gobiernos de España durante el período democrático como culpables, por dejación, complejo y vagancia, de no haber tenido mayor presencia institucional en Cataluña. Lo han ido dejando y la situación, hoy por hoy, parece irreversible. El representante del Rey en Cataluña tiene una televisión completamente rendida a sus órdenes en la que disparar contra el Rey es algo divertido.

De aquella exquisita educación, consecuencia del alto nivel cultural de Cataluña, nada queda. Lo nimio y lo anecdótico se han convertido en fuerza argumental invencible. Se cuenta del acto de inauguración del edificio con forma de «chupa-chups» de Agbar.

Se interesó Pascual Maragall por el número de operarios que habían trabajado en su construcción. Sólo le interesó saber este dato. «¿Se entendían en catalán?». Y uno de los aparejadores comentó: «Más bien en marroquí».

Ortega y Gasset dio por perdida a Cataluña en los años treinta. El Príncipe ha dicho que «Cataluña no es ningún problema». Me alivia su optimismo. Su abuelo, Don Juan De Borbón, asiduo visitante de Barcelona, no opinaba lo mismo. «Me preocupa mucho más el nacionalismo catalán que el vasco». El entonces Presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, le colmaba de cordialidades. Durante sus estancias en la clínica Barraquer, Pujol visitaba a Don Juan con mucha frecuencia. Pero fue el anterior Presidente, Josep Tarradellas, el que convenció a Don Juan para que eligiera como su enterramiento el monasterio de Poblet, donde descansan los Condes de Barcelona.

Don Juan pagó de su dinero las obras de los que habrían de ser sus sepulcros, el suyo y el de Doña María. Cuando el Rey decidió honrar a sus padres, Los Reyes de derecho y no de hecho durante 40 años, adjudicándoles las dos últimas urnas del Panteón de los Reyes en El Escorial, Don Juan no ocultó su alivio. «En el fondo me inquietaba pensar que iba a descansar en una tierra que podría dejar de ser España». Cuando Antonio de Senillosa, el «Seny», hizo público este comentario en un debate en Antena-3, muchos independentistas de hoy se lanzaron como lobos a su cuello.

Cataluña es España, pero España no ha sabido estar en Cataluña durante estas últimas décadas. El complejo ante el nacionalismo se hizo silencio permanente. Cataluña, y en concreto Barcelona, fue una España gozosa y unida durante la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992. Quizá, en aquella época, los catalanes se apercibieron del orgullo y del amor que el resto de España sentía por Cataluña.

En aquellas tierras, la joya de la Corona, ha predominado un socialismo, que para demostrar su plena identificación ha sido más nacionalista que todos los partidos nacionalistas juntos. Y ahí se ha quebrado el sistema. Y para colmo, nos llega el Mesías, Arturo Mas de los grandes almacenes. «Caballero, nos han llegado una nuevas corbatas italianas que son una maravilla».

Fuente: La Razón

Como mejor no se puede decir por eso no digo nada, solo lo presento y me descubro ante lo bien escrito.



3 comentarios:

Vicente Rubio dijo...

“El mundo que vislumbramos para el futuro no es en absoluto para regocijarnos. Exaltación de los integrismos, exacerbación de los nacionalismos, reaparición de los prejuicios raciales y étnicos, resurgimiento del antisemitismo: los vientos de la libertad han soplado sobre las brasas del odio. Al desaparecer el orden antiguo, todas las iniciativas, incluso las más caóticas, tienen el campo libre, y la violencia se alimenta de la vacancia.”: Federico Mayor Zaragoza

Alberto dijo...

El presidente de la Generalitat Catalana se llama Artur Mas, no Arturo Mas.
Es un nombre catalán, y así es como se hace llamar.
Cambiando el nombre a las personas solo consigues plasmar tu odio o tu disconformidad hacia ellas, aunque el texto entero lo reafirme.
Un saludo.

Vicente Rubio dijo...



Mi contestación es: Para mi el Presidente de la Generalidad de Cataluña, es un cara dura, un mal y mediocre político, que no merece ser presidente ni de su comunidad de vecinos de su bloque. Yo le llamo en español Arturo Mas. Es un mediocre y no tiene categoría para que yo le odie, porque es un "sin nadie", que no sabido cumplir con su obligación y en solo dos años de corrupción infinita de su partido el CIU, proclama unas elecciones aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.
Solo como anti patriota que es, como mezquino separatista y como un necio nacionalista lo odio, a el y todos los que piensan como el, pero de forma simbólica, porque a la mierda no se le trata, porque es mierda.
Un saludo Alberto y se más explicito en tu próximo comentario.
Un abrazo muy leal.

29 de octubre de 2012 01:40